Casas inocentes, llenas de niñez y fantasía, nubes que se abrazan a los árboles... lunas, frutos llenos, aguas.
Pareciera que la infancia nunca dejó mi corazón y que la verdad que siempre he buscado la tuve en mis manos hace muchos años ya... Hoy, estos tapices son intentos humildes por volver a lo esencial, son además la herencia que dejo a quienes bien me han querido.
Mis manos sostienen una tijera loca que corta a su antojo, pequeñas puntadas sostienen estos sueños... pequeñas puntadas que juntas sostienen todo mi amor.
SBB
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